Cuando una mujer tiene acceso al crédito, a la educación financiera y a una red de apoyo, toda una comunidad florece.
Este es el principio que ha guiado a Grameen Costa Rica desde sus inicios, y hoy, más que nunca, los resultados lo confirman.
Un estudio interno realizado en 2024 reveló que más del 70% de las mujeres participantes de los programas de Grameen Costa Rica aumentaron sus ingresos en menos de un año. Este hallazgo, lejos de ser solo una cifra estadística, representa una transformación profunda en la vida de cientos de mujeres que encontraron en el microcrédito una vía para recuperar su autonomía económica y personal.
Estas mujeres, en su mayoría jefas de hogar y residentes de zonas rurales o semiurbanas, no solo lograron mejorar sus ingresos, sino que también:
- El 85% manifestó sentir mayor confianza y control sobre sus decisiones financieras.
- El 78% inició una práctica de ahorro regular por primera vez en su vida.
- Más del 62% invirtió parte de sus ingresos en mejorar la educación y alimentación de sus hijos.
- El 43% logró formalizar su actividad económica con permisos municipales o facturación electrónica.
Estos resultados no son casualidad. Son el fruto de una metodología centrada en el acompañamiento humano, donde cada crédito va acompañado de talleres de educación financiera, desarrollo personal, liderazgo femenino y bienestar emocional.
“Antes apenas me alcanzaba para comer. Hoy tengo una red de clientas, vendo desde mi casa y pude comprar una refrigeradora nueva”, comenta Karla, emprendedora de Turrialba que comenzó vendiendo empanadas y ahora abastece a pequeñas sodas locales.
Además del crecimiento económico individual, los círculos de mujeres creados por Grameen han generado un efecto de comunidad, donde el apoyo entre ellas ha fortalecido la autoestima colectiva, ha creado redes de colaboración y ha devuelto el sentido de propósito a cientos de hogares liderados por mujeres.
Invertir en una mujer no es solo darle un préstamo: es abrirle una puerta.