En un pequeño pueblo de Nicoya, Guanacaste, una mujer con manos de fuego y corazón valiente decidió cambiar su historia.

Doña Miriam comenzó vendiendo empanadas y pan casero desde su cocina para sostener a sus tres hijos. Su sueño de tener un pequeño negocio parecía lejano, hasta que escuchó hablar de Grameen Costa Rica y el programa de microcréditos para mujeres emprendedoras.

En 2018, recibió su primer préstamo de ₡200.000. Con ese impulso compró una batidora industrial, mejoró su cocina, y comenzó a vender a más vecinos. Pero el verdadero cambio vino con el acompañamiento personalizado, los talleres de finanzas y el apoyo emocional que recibió en el camino.

Hoy, Doña Miriam lidera un pequeño colectivo de mujeres productoras. Sus empaques artesanales se venden en ferias ecológicas, tiendas de productos locales e incluso han llegado hasta Miami gracias a una alianza con una tienda de comercio justo.

“No solo cambié mi economía. Cambié mi autoestima. Ahora sé que puedo soñar en grande”, cuenta Miriam con una sonrisa que contagia esperanza.

Este es solo uno de los más de 2.000 casos de transformación impulsados por Grameen Costa Rica, donde una pequeña oportunidad se convierte en un camino hacia la dignidad, la independencia y la prosperidad.